Con una superficie de 63.500 metros cuadrados y 466 unidades residenciales repartidas en siete edificios, NoLiPa incluirá una mezcla de tipos de apartamentos que van desde estudios (T0) hasta unidades de cuatro dormitorios (T4), con superficies de entre 43 y 185 metros cuadrados. Los precios oscilarán entre 320.000 y 1 millón de euros, con una media de unos 7.000 euros por metro cuadrado.

A pesar de los elevados costes de construcción y adquisición de terrenos, más del 90% del interés inicial por el proyecto ha procedido de compradores portugueses. Junto al componente residencial, la urbanización incluirá también espacios comerciales e instalaciones para servicios, como oficinas u hoteles.

El proyecto se está desarrollando con el apoyo de Aermont Capital, una empresa independiente de gestión de activos que ha respaldado otras promociones de Avenue en Portugal. Las obras de infraestructura de NoLiPa ya están muy avanzadas, y está previsto que la construcción de los edificios comience en el trimestre en curso. La finalización está prevista para 2027.

Mientras Lisboa sigue ganando adeptos entre los inversores, los promotores se hacen oír cada vez más sobre la necesidad de reformas que sostengan el crecimiento y hagan más asequible la vivienda. El sector inmobiliario insta al Gobierno a simplificar los procesos administrativos y reducir los impuestos, en particular el IVA de la construcción.

Los líderes del sector sostienen que los largos y complejos procedimientos de concesión de licencias contribuyen significativamente a inflar los costes de la vivienda. Según datos recientes, los retrasos en la concesión de licencias pueden incrementar el precio de la vivienda en más de 500 euros por metro cuadrado. En respuesta a estos retos, la aplicación de "Simplex Urbanístico", un programa gubernamental introducido en marzo de 2024, ya ha dado resultados positivos. Lisboa registró un aumento del 24,8% en la aprobación de proyectos urbanísticos entre marzo y diciembre de 2024 en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Sin embargo, los promotores sostienen que es necesaria una agilización más agresiva. En su opinión, reducir la burocracia es sólo una parte de la solución. El sector también quiere ver reformas fiscales que alivien la carga de costes de la construcción y, en última instancia, reduzcan los precios de la vivienda para los consumidores.

Una propuesta clave sobre la mesa es la reducción del tipo del IVA para la construcción del 23% al 6%, medida incluida en el programa gubernamental Construir Portugal. Aunque todavía no se ha aplicado, esta rebaja fiscal podría reducir significativamente los precios finales de la vivienda. Según estimaciones del sector, dicha reducción podría abaratar el coste de la vivienda hasta 700 euros por metro cuadrado.

Al reducir los impuestos y acelerar la aprobación de los proyectos, los promotores creen que podrían entregar viviendas más asequibles a un ritmo más rápido. Estas reformas, argumentan, no sólo son cruciales para la sostenibilidad del sector, sino también para abordar la crisis de asequibilidad de la vivienda en Portugal.

La combinación de una fuerte demanda interna, una planificación urbanística estratégica y la creciente confianza de los inversores sigue convirtiendo a Lisboa en el centro de atención de las principales iniciativas inmobiliarias, siempre que los entornos normativo y fiscal evolucionen para respaldar este impulso.