En el centro de esta transformación se encuentra el vibrante ecosistema de las TIC de Portugal. Este sector, que abarca desde el desarrollo de software y la inteligencia artificial hasta las telecomunicaciones, la computación en la nube y la ciberseguridad, cuenta ya con más de 34.000 empresas. En conjunto, estas empresas generaron más de 25.000 millones de euros de facturación en 2024 y emplearon a casi 200.000 profesionales altamente cualificados.

La historia de éxito tecnológico de Portugal se asienta sobre bases sólidas. Las exportaciones de bienes TIC crecieron a una tasa media anual del 12,7% en los últimos cinco años, con un crecimiento especialmente fuerte en las exportaciones de servicios, que aumentaron un 16,9% anual. Este aumento pone de relieve el creciente papel de Portugal como proveedor fiable de soluciones tecnológicas de alto valor en todo el mundo. Destinos como Alemania, España y Francia siguen siendo mercados clave, mientras que el país se diversifica hacia Asia, América Latina y otros continentes.

Lisboa y Oporto han surgido como centros tecnológicos emblemáticos, atrayendo a importantes actores mundiales como Google, AWS, Microsoft, Cisco y Revolut. Estas empresas se han visto atraídas por la alta calidad de vida, la competitividad de costes y las excelentes infraestructuras de Portugal. Pero la innovación no se limita a las grandes ciudades. Las agrupaciones regionales de Braga, Aveiro, Coimbra y Évora están aprovechando sus fuertes vínculos con las universidades y centros de investigación locales, difundiendo la innovación tecnológica por todo el país.

El compromiso de Portugal con la transformación digital también es evidente en su capital humano. Cada año, miles de graduados entran en el mercado laboral con experiencia en TI, ciencia de datos e inteligencia artificial, reforzando la ventaja competitiva del país. Las academias de codificación y los programas de reciclaje, a menudo en colaboración con empresas privadas, ayudan a reducir la brecha mundial de talento tecnológico, garantizando que Portugal siga siendo un imán para los inversores locales e internacionales.

Otro factor clave que impulsa la emergencia de Portugal como destino tecnológico es la convergencia de la digitalización y la sostenibilidad. Las empresas están desarrollando soluciones digitales para hacer frente a los retos medioambientales, desde la eficiencia energética en las ciudades inteligentes hasta la analítica avanzada para la vigilancia del medio ambiente. Esta convergencia está transformando a Portugal en un líder de la economía digital verde, reforzando su papel como socio estratégico para los inversores que buscan un crecimiento sostenible.

Iniciativas como los Centros de Innovación Digital, el programa Portugal 2030 y la participación en iniciativas de la UE como Horizonte Europa y el Plan de Recuperación y Resiliencia han proporcionado un apoyo vital. Estos marcos promueven la investigación, el desarrollo y la internacionalización de las empresas tecnológicas portuguesas, permitiéndoles competir eficazmente en los mercados mundiales.

La presencia de Portugal en los principales eventos tecnológicos internacionales, como la Web Summit, consolida aún más su reputación como destino para la innovación tecnológica. Estos eventos atraen a miles de participantes y fomentan la colaboración entre startups portuguesas y empresas multinacionales, abriendo las puertas a nuevas asociaciones y oportunidades de negocio.

A pesar de su impresionante progreso, el sector portugués de las TIC sigue siendo ambicioso. Retos como la escasez de talentos, la necesidad de mejorar la ciberseguridad y la adaptación a la normativa europea impulsan la inversión continua en innovación y desarrollo de competencias. El país también se está posicionando a la vanguardia de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial generativa, la computación cuántica y las redes 6G, garantizando su relevancia en un panorama digital global en rápida evolución.

En un mundo en el que la conectividad y la tecnología están reconfigurando todos los sectores, Portugal destaca como modelo de cómo un país pequeño puede aprovechar sus puntos fuertes para construir un ecosistema tecnológico competitivo, sostenible y globalmente integrado. Con su dinámica mezcla de talento, innovación y compromiso con la sostenibilidad, Portugal ya no es sólo un actor emergente, sino una fuerza motriz que da forma al futuro tecnológico de Europa.