1. Haz un presupuesto para tu compra de alimentos
"Si puedes, planifica y presupuesta tus gastos en alimentación", recomienda Matthew Parden, director general de la aplicación de gestión monetaria Marygold & Co.
"Crea un presupuesto separado para la compra de alimentos. Así te aseguras de que ese dinero se aparca de tus gastos cotidianos". En muchas aplicaciones de gestión del dinero puedes solicitar avisos que te recuerden guardar dinero en este bote separado el día de pago".
2. Seguir una lista de la compra
"Organizar las comidas semanales y seguir una lista de la compra ayuda a evitar las compras impulsivas y reduce el desperdicio", dice Jamie Crummie, experto en desperdicio de alimentos y cofundador de Too Good To Go.
Parden está de acuerdo y añade: "Los supermercados tienen la costumbre de hacernos comprar muchas cosas que no necesitamos o que no sabíamos que queríamos.
"Puedes comprar esos paquetes de cinco kilos de lo que sea y tirar la mitad a la basura al cabo de una semana, bien porque no has entendido las fechas de caducidad, bien porque no lo has guardado bien. Por eso hay que seguir una lista de la compra y tener cuidado con lo que se compra".
3. Apúntate al programa de fidelización de tu supermercado para ahorrar más
"Todos los supermercados tienen su propio programa de fidelización, con el que puedes acumular puntos y obtener una pequeña cantidad de dinero en efectivo, algo que merece la pena", dice Parden.
Créditos: PA;
4. Busque las pegatinas de descuento
"A menudo se pueden conseguir descuentos de la etiqueta amarilla en productos como la ternera o el filete, que pueden costar una fortuna", dice Parden. "Si te enteras de cuándo hay días de pegatinas en tu supermercado, o en qué pasillo puedes encontrarlas, seguro que puedes ahorrar bastante".
5. Compre productos sin marca o con la marca del supermercado
"En muchas pruebas de sabor a ciegas, los productos sin marca suelen salir vencedores, y comprar productos sin marca o con la marca del supermercado suele ser mucho más barato y puede suponer un ahorro significativo", afirma Parden.
6. Aproveche al máximo el pasillo de las conservas
"En los supermercados hay muy buenas conservas de pescado, que a menudo se pasan por alto, pero que en realidad están muy bien de precio", dice Parden. "Las conservas son muy versátiles, duran más y saben muy bien".
7. Hazte amigo de tu congelador
Comprar frutas y verduras congeladas es una forma excelente de comer más sano sin salirse del presupuesto y reduciendo el desperdicio de alimentos. Del mismo modo, cocinar comidas a granel y congelarlas para más tarde también puede ayudar a conseguir estos objetivos.
"El congelador es un héroe infravalorado: considéralo un botón de pausa para la frescura", dice Crummie. "Cocina por lotes platos como estofados, curry o sopas, y congela porciones para tenerlas listas para cenar más tarde.
"Utiliza recipientes apilables y etiquétalos con fechas para llevar un control. Tampoco te olvides de congelar los productos perecederos: los plátanos (ideales para batidos), el pan e incluso el queso rallado se congelan estupendamente".
8. Ve a las tiendas justo antes de la hora de cierre
"Los mercados locales, supermercados, panaderías y fruterías suelen rebajar los precios cerca de la hora de cierre, sobre todo en productos frescos", dice Crummie. Estas gangas son estupendas para el bolsillo y, además, ayudan a la comunidad".
"La aplicación Too Good To Go también puede ponerte en contacto con tiendas cercanas que ofrecen excedentes de alimentos, ayudándote a descubrir joyas ocultas por una fracción del coste".